Realizar cultivos en un ambiente controlado favorece al crecimiento de las plantas, mismas que necesitan de un correcto abastecimiento del riego para garantizar la cantidad y calidad de las cosechas.
Existen múltiples aplicaciones en invernaderos, desde el cultivo directo en el suelo y aplicación de riego mediante goteo o aspersión hasta aplicaciones como germinación mediante nebulización, control de humedad, hidroponía, entre otros.
Es necesario realizar un correcto diseño para garantizar la mayor eficiencia en el sistema, optimizando a su vez, el consumo de agua.